jueves, 31 de julio de 2008

El retorno

HOy, último día de Julio he comprado por fin el vuelo de vuelta a Madrid, eso significa que se acabó. Bueno que se acabará en menos de un mes...

El día 27 de Agosto la Srta. ALICIA ARgüelleS vuela dirección Madrid por la tarde... hará un año, casi exactamente, el 28 de Agosto de 2007, la misma, volaba dirección Berlín, para encontrarse todo lo que vivió este año. Y parece que fue ayer...

lunes, 28 de julio de 2008

mi bici, de noche, silva

mi bicicleta, de noche, silva. Hace un ruido q es como tzeeeeeeeiiiiii, y entonces el faro de delante funciona, la luz de atrás creo q nunca lo hizo

y en Berlín hace calor, y vamos a la playa y a tomar una Bier cerca del canal y a bailar en un barco sobre el Spree y vemos amanecer alli y saco los pies por la proa
En Berlin hace calor asi q me corte el pelo, mucho, mucho. Me levanté y hacía mucho calor así que me rapé

además me gusta la bionade (todas menos la roja) porque es fresquita y tiene burbujas que me hacen cosquillas en la nariz

jueves, 24 de julio de 2008

que esas cosas queden

Hace algún tiempo, no demasiado, que se oye siempre la misma pregunta... ¿tú cuándo te vas?...
mucha, mucha gente se va la próxima semana, algunos ya se fueron, y unos pocos más nos quedamos a saborear el verano berlinés.

Ayer Nico me escribía desde Chile para decirme que había llegado ya a Santiago, y que todo seguía como antes. Supongo que después de haber visto la casa natal de su bisabuela aqui en Alemania, haber vivido un invierno y un verano con su tía y sus primos, después de haber salido casi cada fin de semana, de haber recorrido de arriba a abajo Berlin, esperaría un milagro mágico al volver a casa. Como recordarla de otro color, y que el nuevo-viejo color fuera mejor y más emocionante que el de su memoria. O que su uni hubiese cambiado inesperadamente de ubicación, sin previo aviso, a un lugar completamente diferente. O que su madre se hubiese cortado el pelo siguiendo una nueva moda chilena... creo que todos el día que volvamos a casa vamos cerrar los ojos y esperar un pequeñiiisimo cambio, aunque sea un hueco entre neuronas, un espejismo que nos hagan descubrir como a Nico el nuevo color de su casa.
Lo siguiente que me dijo es... todo sigue igual, eso ya lo sabía, pero es como si nunca me hubiese ido.

Bueno, tu casa es la misma, tu familia afortunadamente también y además tu uni está en el mismo sitio... el cambio estará en algún pequeño detalle... como quemarte la lengua con la sopa y decir Scheiße!, mientras tus hermanos te miran flipando; como plantearme seriamente una locura como ir en bici a la uni en Madrid un día que haga un poquitito de Sol; o reirte en la próxima presentación de proyectos recordando como antes te ponías nervioso al hablar castellano, pero que después de haber presentado en alemán te podrías presentar al Guinness como la persona capaz de hacer más gestos con las manos y la cara por segundo... que esas cosas queden :)




viernes, 11 de julio de 2008

Radiohead

A: Nico, vamos a tener que saltarnos la segunda parte de la "clase"... para otro día el recorrido en barco hasta Alex... no llegamos, Peter me ha llamado dos veces, Mickel ya se ha marchado, he hablado con Jose y han quedado dentro de media hora en Ostkreuz...
N: Si está bien, pero ¿qué le decimos a Philiph?
A: Pues que hace más de 6 meses compramos unas entradas para ver a Radiohead hoy en concierto... yo me encargo, es un tío majo, seguro que hasta le hace gracia :)


El auditorio al aire libre estaba llenísimo, muchos ya vestíamos la camiseta negra con letras de colores y ese aspecto intencionadamente artesanal.
Por fin salió TOm y empezó la música, las luces, las imágenes en primerísimos planos, los empujones y bailoteos, ponerse de puntillas para ver por encima de los pelos del alemán de delante, los aplausos del final de cada canción que se encadenaban con los del inicio de la siguiente. Y alucinar con la sencillez y genialidad de la escenografía, con el partido que le sacaron y ese acertado empeño innovador.
La wg2ooo casi al completo+muchos amigos+mis zapatillas mágicas que ya están pidiendo una juvilación anticipada
El final con Idioteque y el bis con otros cuantos imprescindibles.
Salir del recinto sabiendo que había merecido la pena saltar entre miles de personas bajo una lluvia que, en vez de estropear la fiesta, hizo que la gene se motivara más, y convirtiera la tercera canción en una inesperadamente inolvidable.
Volver a casa y tumbarme en diagonal en la cama, con los brazos abiertos, muerta de sueño, con el pelo mojado y la camiseta negra aún puesta. Cerrar los ojos y tararear otra vez la tercera canción mientras muevo los pies que me cuelgan por el borde del colchón.

martes, 8 de julio de 2008

Las zapatillas mágicas

Iba andando por Kreuzberg como muchas otras veces, medio despistada... y de repente su mirada se detuvo en esa pequeña tienda turca. Miles de zapatos revueltos, pero una cesta en especial, llena de zapatillas rosas en las que se podía leer Berlin Sport. En seguida lo tuvo claro, pagó con dos monedas y se cambió el calzado que llevaba para ponerse el nuevo.
Con ellas paseó muchas más veces con ese aire despistado; montó en su nueva bici amarilla por Neuköln, Unter den Linden, Tiergarten y frente a las embajadas; animó a la selección en un bar medio-cutre de Görli hasta que ganaron de manera histó/érica frente a Alemania; cocinó chili-con-carne y dejó caer unas gotas de la elaborada salsa sobre el color rosa cada vez más pálido; felicitó por su cumpleaños a su hermana pequeña desde Taki-Tatsu en las fiestas de Bergmanstr; bailó en el 25 frente al canal&gritó riendo mientras la empujaban contra las ramas de los árboles montada en el columpio enorme; se mojó las plantas de los piés los días de lluvia porque la suela era ya tan fina que el agua se filtraba despacito; subió a la estructura metálica del puente abandonado que un día será hotel en Nordbahnhof; vió alucinada como su compañero de piso se compró unas idénticas que sólo usa por sorpresa para salir a bailar; presentó proyectos ante Finn con su aire de dios de la arquitectura en su oficia extremadamente estilosa de la 9ª planta del edificio de arquitectura; y ahora cruza las piernas en Morena, mientras fuera sopla el viento y ve con cara de pena, pero con media sonrisa, todo lo que han corrido, la de color que han perdido, pero también cómo se han ido adpatando poco a poco a su pie, de manera perfecta e impecable.